Responsabilidad Afectiva en la Época del ghosteo

Relaciones interpersonales, monogamia, poliamor, y ghosting.

Las relaciones interpersonales no son la excepción cuando hablamos de responsabilidad y salud, pero en la época del ghosteo no siempre se es muy conscientes de esto ni las consecuencias que pueden traer en nuestros vínculos y las personas, el ser poco responsable afectivamente.

Si bien, en la actualidad vivimos en una cultura más abierta a la autonomía sexual, a los vínculos emocionales libres como el poliamor, y ya no todo es monogamia, esta libertad a su vez, implica responsabilidad con las personas con quienes nos vinculamos. Cuando establecemos relaciones interpersonales íntimas se generan vínculos emocionales que pueden suponer enamoramiento, satisfacción, comodidad, felicidad como también dilemas y conflictos entre otros.

El origen del concepto de responsabilidad afectiva surge en el marco de las reflexiones sobre el poliamor en la década de los 80 en Estados Unidos (Pérez, 2021). En contra de la idea de carencia de valores de la comunidad poligámica, se desarrollaron conceptos de responsabilidad en el manejo de los afectos, teniendo en cuenta el respeto y cuidado de las emociones de los otros en los vínculos (Pérez, 2021). El poliamor se ha planteado como una alternativa a los modelos hegemónicos de relacionamiento que encuentran su soporte en una lógica de posesividad, exclusividad, fidelidad, heteronormatividad y otros supuestos de la monogamia (Aldana, 2018). Este concepto hace referencia a cuando un grupo de personas mantienen una relación afectiva, intima, emocional y en algunos casos, sexual, entre ellas. Lo realizan de forma duradera y simultánea, donde todos los que están involucrados en esa relación conocen la existencia del resto de las personas (Aldana, 2018).

Retomando el concepto de responsabilidad afectiva, esta hace referencia a que nuestros actos tienen consecuencias en las otras personas que nos vinculamos y, por lo tanto, debemos tener responsabilidad en cómo nos relacionamos, aplicando el respeto, la empatía, la comunicación asertiva y el cuidado que cada vínculo requiere (Garrido & Maturano, 2011).  Siendo capaz de comunicar tanto las necesidades y deseos propios como de escuchar los de las otras personas, esta es una forma de comportamiento que nos lleva a tener en cuenta a la otra persona y sus emociones, lo cual se transforma en algo esencial para vincularnos de una manera más saludable (Garrido & Maturano, 2011).

En contraste a la práctica de tener responsabilidad afectiva, hay un nuevo concepto que se utiliza actualmente, El ghosting, este corresponde a un término anglosajón derivado de la palabra “ghost” (fantasma en español) el cual hace referencia a cuando alguien cesa abruptamente cualquier tipo de comunicación o contacto sin dar ninguna explicación a la otra persona, este corte abrupto puede implicar dejar de contestarle al otro e incluso bloquearlo en redes y WhatsApp (Linne, 2022). Por supuesto, esto puede generar distintos grados de confusión, culpa, ansiedad, incertidumbre, inseguridad y trauma ante la falta de explicación para duelar. Esto se ha transformado en un fenómeno habitual en los modos de vincularse actualmente, que puede generar heridas bastantes profundas en quien lo recibe (Linne, 2022).
Así la responsabilidad afectiva es ser consciente de que todo acto que una persona realice dentro de un vinculo puede influir de manera positiva o negativa en el otro individuo. Uno de los objetivos de esta toma de conciencia es evitar los dolores innecesarios, ser responsable emocionalmente para poder generar vínculos sanos y duraderos. Lo cual, no significa que debemos anteponer los sentimientos o deseos del otro, sino saber que nuestras acciones tienen un impacto en los demás.

¿Cómo puedo ser responsable afectivamente en mis vínculos?
La responsabilidad afectiva propone herramientas para establecer relaciones que tiendan a una mayor igualdad, para asumir esta responsabilidad podemos fomentar la comunicación de las emociones, plantear y llegar a acuerdos, verbalizar nuestras necesidades y/o trasmitir nuestros límites entre otros.

Recomendaciones 
• Fomentando la comunicación de las emociones, de manera asertiva. Es decir, lograr trasmitirle a la otra persona lo que siento de una forma amable, franca y adecuada. Ejemplo 1: “Cuando no respondes mis mensajes en Whatsapp y te veo en “línea” me siento enojado, se que quizás no lo haces apropósito pero esto a mi me genera mucha ansiedad”
• Plantear acuerdos. Llegar acuerdos saludables que a las dos, o más personas de la relación les parezca adecuado. Mismo ejemplo 1: “¿Te parece que cuando no tengas tiempo para responder mis mensajes, por estar ocupado, me avises? y que me digas que cuando tengas tiempo me responderás, eso me dejaría más tranquilo/a y calmaría mi ansiedad, porque también entiendo que no puedes estar respondiendo 24/7 mis mensajes”
• Verbalizar nuestras necesidades. Lograr trasmitirle a la otra persona cuales son las cosas que necesito en un vínculo. Ejemplo 2: “En una relación de pareja, yo necesito que nos veamos por lo menos una vez a la semana, de lo contrario, siento que me pierdo mucho de ti, y eso no me hace sentir cómoda”.
• Trasmitir nuestros límites. Poder comunicarle a la persona que hay ciertas acciones que no dejaras pasar, el establecer límites ayuda a poner nuestros valores como prioridad y a identificar nuestras emociones/necesidades. Ejemplo 3: “Eres muy importante para mí, pero yo no voy a permitir malos tratos, si me vuelves a tratar así, por mucho que te quiera, nuestra relación llegara hasta aquí porque es parte de mis limites intransables”

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