El período posnatal se caracteriza por un aumento del estrés fisiológico y psicológico materno. La depresión posparto es uno de los trastornos del estado de ánimo y una de las complicaciones psiquiátricas de mayor trascendencia. La depresión es una condición común en mujeres adultas, ya sea en edad fértil, menopausia, embarazo o posparto. Ocurre con el doble de frecuencia que en varones adolescentes o en edad reproductiva. La depresión en mujeres en edad fértil es muy frecuente y su prevalencia no parece ser elevada en el puerperio. Sin embargo, parece haber una asociación entre los episodios depresivos posparto más severos y la necesidad de hospitalización en esta etapa, siendo lo mismo que la depresión. Si bien hay estudios que muestran relaciones causales importantes, como la disminución de los niveles de estrógeno y progesterona durante esta etapa del posparto debido a la disminución de la producción de placenta y otros cambios hormonales, sigue siendo un tema conflictivo entre diferentes estudios y no todos han sido probados (Mora, 2016).
Los episodios de depresión posparto pueden comenzar en las primeras 4 semanas después del nacimiento y hasta 1 año después del nacimiento del bebé (Pascual, 2015).
¿Cuáles son sus factores de riesgo?
Todas las mujeres son susceptibles a la depresión posparto, pero diversos estudios han informado que las mujeres con varios factores de riesgo experimentan un aumento significativo en el desarrollo de este trastorno. Los factores de riesgo más fuertemente asociados al desarrollo de depresión posparto son la presencia de trastornos depresivos y de ansiedad durante el embarazo, la historia genética y psiquiátrica personal de la persona, los eventos estresantes (muerte, divorcio, desempleo), y posiblemente sea el embarazo y el parto en sí, ya que han sido clasificados como eventos estresantes (Mora, 2016). A estos factores de riesgo se agregan también mujeres menores de 16 años embarazadas (Pascual, 2015). Finalmente, el apoyo social o asistencia social es un importante factor protector frente al desarrollo de la depresión posparto. Por otro lado, cabe mencionar que las mujeres que experimentan depresión posparto tienen un mayor riesgo de experimentar episodios similares en partos posteriores y a veces, no relacionados (Mora, 2016).
¿Qué síntomas presentan comúnmente?
Los síntomas más comunes son: la incapacidad para experimentar placer en actividades que normalmente se consideran agradables, cambios de humor, insomnio, fatiga, ideas suicidas y/o homicidas sobre el bebé, angustia, incumplimiento o dificultad para hacer tareas básicas. Según Almeida Villacís y Toscano Guerra (2013) los síntomas a menudo hacen que las madres se sientan incómodas, lo que lleva a una baja confianza en sí mismas y baja autoestima. Incluso los síntomas eufóricos que predominan en el puerperio se han implicado en el desarrollo de depresión posparto (Loor, Lobo, Quiroz & Magallanes, 2021).
Según Rojas (2014), algunas mujeres se preocupan tanto por la salud de su bebé que incluso tienden a verse como malas madres. En estos casos, se deben considerar primero las causas orgánicas de estos síntomas, como el hipotiroidismo y la anemia, y si se encuentran condiciones depresivas, se deben descartar (Loor, Lobo, Quiroz & Magallanes, 2021).
¿De qué manera se evalúa para detectarlo en Chile?
En cuanto a los métodos de evaluación, la herramienta de mayor aceptación actualmente en Chile es un protocolo que detecta la presencia de depresión posparto durante los controles, y en caso de detectarse, se propone un tratamiento. La prueba utilizada es la Escala de Depresión de Edimburgo (EPDS), una herramienta que es utilizada en todo el mundo para identificar este trastorno y es la que se suele aplicar en los controles posparto. Consiste en 10 preguntas, cada una se califica con una puntuación de 0-3 puntos, se suele aplicar en el segundo control de embarazo, durante las consultas prenatales mensuales y en la 6 – 8 semanas después del parto, pues son los periodos de incidencia más alta para la depresión posparto (Pascual, 2015).
Posibles tratamientos
Las intervenciones y tratamientos actuales utilizados para controlar y tratar los efectos de la depresión posparto incluyen terapias no farmacológicas y farmacológicas, que consisten en las siguientes :
Elegir el tratamiento adecuado para la depresión posparto requiere una cuidadosa consideración para obtener los mejores resultados. Las intervenciones no farmacológicas deben considerarse la primera línea de elección para la depresión leve a moderada. Siempre comenzamos con una evaluación del estado mental de la madre y evaluamos cada caso individualmente según la gravedad y el riesgo. Evaluar el apoyo familiar y derivar a los pacientes a grupos de apoyo según sea necesario (Mora, 2016).
Las recomendaciones de tratamiento farmacológico son decisiones complejas en la que deben sopesarse los riesgos y beneficios individuales y siempre deben ser dirigidas y prescritas por un profesional de la salud. Desde el punto de vista de la seguridad, se evalúan los posibles efectos tanto en la madre como en el lactante. Se recomienda en algunos casos un control adecuado de los lactantes, especialmente en prematuros, bajo peso o con cualquier otra patología clínica, debido a la posibilidad de tener problemas de metabolismo hepático y renal, o aumentar el riesgo de intoxicación. Este seguimiento se recomienda antes de iniciar el tratamiento farmacológico y posteriormente según sea necesario o cuando se sospeche clínicamente. Se debe realizar un estudio pediátrico previo que aborde aspectos neurológicos, ritmos de sueño y vigilia, función psicomotora, irritabilidad y temperamento, ya que en esas áreas en concreto se puede detectar la intoxicación (Mora, 2016).
Conclusión
La depresión posparto es un trastorno en la línea de lo afectivo que provoca diversas sensaciones de bajo ánimo generalizado en la madre, y por ende provoca alteraciones en los distintos ámbitos de su vida, evitando que ella pueda desarrollarlos y vivirlos de manera satisfactoria para sí misma, su bebé, su familia y su entorno en general. Si lo presentado aquí te hizo sentido o te sentiste identificada con lo que puedas estar viviendo actualmente, no dudes en buscar ayuda profesional y apoyo de tus cercanos, ¡no estás sola!. Si conoces a alguien que pueda estar en esta situación, no dudes en mostrar tu apoyo como cercano en lo que necesite, y también sugerirle la búsqueda de ayuda profesional, ya vimos lo importante de que esto sea detectado y tratado lo antes posible, a modo de minimizar lo máximo posible las repercusiones que esto podría provocar. Lo importante es entender que es algo más común de lo que se cree, lo viven muchas mujeres en la actualidad, sin embargo, tiene un tratamiento efectivo para poder superarlo, por lo que es esencial informarse de estos casos, detectarlos a tiempo y otorgarles el apoyo que necesitan.