Comunicación Asertiva
A menudo nos sentimos atrapados en la dificultad de expresar nuestras emociones. El primer obstáculo es reconocer qué estamos sintiendo. Nunca tuvimos una clase sobre esto, ni una unidad en el colegio; por eso, empecemos desde lo más básico.
¿Dónde se sienten las emociones?
Si pensaste en el cuerpo, acertaste. Nuestras emociones se manifiestan a través de sensaciones físicas: así como sentimos el frío en la piel, también notamos el hambre, y del mismo modo podemos percibir si estamos felices, asustados o enamorados.
Prestar atención a lo que nuestro cuerpo nos comunica es clave. Si sientes el estómago revuelto, podría ser enojo; una sensación de opresión en la garganta podría indicar que tienes algo que expresar pero no te atreves. Al principio, identificar las emociones a través de estas señales no será automático, pero con práctica podremos traducir las sensaciones en palabras que hagan sentido.
Poniendo en palabras
Expresar con precisión lo que sentimos puede ser difícil, especialmente cuando queremos distinguir entre emociones similares. ¿Es tristeza o es enojo? Son sentimientos interconectados y puede ser confuso diferenciarlos. Libros y guías emocionales pueden ser útiles, pero al final, las palabras que elijamos serán las que mejor nos representen, aunque no sean las más «correctas».
Una vez que identificamos y nombramos nuestras emociones, el siguiente paso es encontrar las palabras que la otra persona pueda entender. Adaptarnos al contexto es crucial, ya que de nada sirve reconocer nuestros sentimientos si no logramos comunicarlos, especialmente con quienes nos importan.
¿Se entendió el mensaje?
Es fácil pensar que hemos concluido una conversación al expresar lo que sentimos, pero aún queda un paso esencial: asegurarnos de que nuestro mensaje haya sido bien recibido. No basta con hablar; debemos verificar que la otra persona comprendió lo que queríamos transmitir.
Podemos apoyarnos con preguntas como: “¿Qué piensas tú al respecto?” o, de forma más directa, “¿Qué entendiste de lo que te dije?”. Esto nos permitirá confirmar si comunicamos lo que queríamos. Y si no fue así, siempre podemos aclarar hasta que estemos satisfechos con la interacción.