A todes nos han afectado estas semanas de cuarentena. Cada quien está tratando de llevarla lo mejor posible, sin embargo, algo que vemos repetidamente por redes sociales es la (auto) exigencia de hacer cosas, de hacer “rendir” este supuesto aumento del tiempo disponible producto de estar encerrados en casa. Una gran cantidad de personas hemos llegado a sentir, en un momento u otro, que es EL momento para hacer aquello que no habíamos tenido tiempo de hacer. Sin embargo, es muy frecuente (y frustrante) ver que a pesar de supuestamente “tener más tiempo”, no alcanzamos esos objetivos que nos hemos puesto.
¿Qué es la autocompasión?
La Compasión es definida por el Dalai Lama como el reconocimiento del sufrimiento en uno mismo y los demás y el deseo de aliviarlo. Acá me gusta enfatizar que es el deseo, la intención de aliviarlo (no necesariamente el éxito en ello).
Kristin Neff, una de las principales expositoras sobre la autocompasión, plantea que ésta tiene 3 dimensiones, las que explica en contraste con su opuesto negativo:
- (Auto) Amabilidad v/s (Auto) Enjuiciamiento
- Humanidad Compartida v/s Aislamiento
- Darse Cuenta o Mindfulness v/s Sobre-identificación.
Amabilidad v/s Enjuiciamiento
La amabilidad es algo que podemos aplicar tanto con otras personas como con nosotres mismes, y es una actitud que busca activamente aliviar el sufrimiento. Su opuesto es el enjuiciamiento, cuando en lugar de acoger amablemente al otro (o a mí misme) le juzgo de manera crítica.
Humanidad Compartida v/s Aislamiento
La humanidad compartida es la noción de que todes somos parte de la misma especie humana y que por lo tanto cuando sufrimos no estamos soles. Si bien esto suena obvio, es muy frecuente que cuando sufrimos nos sintamos distintes y aislades del resto, sentimos que esto nos pasa solo a nosotres (¿por qué a mí?).
Darse Cuenta o Mindfulness v/s Sobre-identificación
El darse cuenta o mindfulness se refiere en este caso a la capacidad central de darnos cuenta que nos pasa algo. Si bien suena obvio, lo más común es que no nos demos el tiempo de estar-con el malestar o sufrimiento, sino que en vez de eso cuando nos sentimos mal tratamos de resolver o eliminar la situación que nos hace sentir así. La invitación aquí es a poder estar-con ese dolor, como lo haríamos si estuviéramos acompañando a un amige que sufre. Su opuesto, la sobreidentificación, es el extremo en que nos quedamos pegades o identificades con la crítica o juicio y pensamos que somos como nos juzgamos que somos.
Considerando todo lo anterior, te invito a que pienses en todas las cosas que esperas lograr y las cosas que te estás autoexigiendo en estos tiempos de cuarentena. Ahora imagina que un ser muy querido por ti (real o imaginario) estuviera en la misma situación tuya. ¿Le exigirías lo mismo que te estas exigiendo a ti? ¿Lo harías de la misma manera?
¿Cómo cultivo la autocompasión?
Busca ser activamente amable contigo misme. Recuerda que por estos días es normal sentirte mal, cansade, con poca energía, preocupade, incluso durmiendo mal. Puedes buscar avanzar en tus cosas y lograr proyectos, pero te invitamos a que primero cuides de ti, te acojas en tu propio sentir. Hazlo igual que si tuvieras un amigue que estuviera pasando por un mal momento: escúchate primero, ve si necesitas algo más, no te exijas inmediatamente rendir y cuando estés mejor, quizás ahí considera avanzar en algo que quieras hacer.
Recomendaciones
Hay quienes confunden la autocompasión con la desidia o la lástima, y arguyen que ser consciente de las propias necesidades, tomarse las cosas con calma y respetar los propios tiempos son sinónimos de mediocridad, flojera o «hacerse la víctima». Creemos que este error tan frecuente solo puede ser producto de esta sociedad que promueve la autoexplotación por sobre lo humano. Una sociedad que valora más la productividad que la propia salud. Una sociedad que defiende con más fuerza la economía que la propia vida. No caigas tu también en este error.
Estaremos lejos, pero no distantes
Esperamos entonces que tengas una buena semana y cuides tanto tu salud física como emocional, que puedas ser consciente de tus necesidades y que seas amable contigo misme.
Eduardo Herrera Ruiz-Tagle
Psicólogo Clínico, Pontificia Universidad Católica de Chile
@ps.eduardoherrera
Diplomado en Terapia Sistémico Narrativa, Universidad de Chile
Postítulo (c) en Terapia Gestalt, Centro de Psicoterapia Gestalt de Santiago
Formación en Focusing Oriented Therapy con Edgardo Riveros
Psicólogo Clínico en Centro Árbol
Sigamos trabajando juntos por tu bienestar. Estaremos lejos, pero no distantes.
Editado por José Manosalva
En algún momento algún amigo clérigo me dijo que La Biblia tiene tal capacidad de ayudar a quien esté en problemas que basta con abrirla en la página que sea para encontrar una frase que te ayude a ver tu problema específico desde una perspectiva diferente. En mi caso, tal situación solo se me ha ocurrido con la música… y con esta publicación, que sin buscarlo, me ha permitido abrir mis ojos desde otro lugar y revisar mis problemas de manera diferente. Muchas gracias Eduardo.
Felipe, que lindas palabras. Nos alegra saber que esto te ha ayudado con otra mirada para mirar las cosas. Haremos llegar tu agradecimiento a Eduardo.
Saludos! 🙂
Me interesa el concepto de sobreidentificación, he estado buscando bibliografía pero no logro descifrarlo, además de que hay distintas –y distantes- definiciones por doquier. Lo que busco tiene que ver con la acepción de sobreidentificarse con problemas circundantes ajenos a la realidad próxima propia, pero los textos que encuentro refieren siempre a otras personas o a la propia. Buscaba una definición más histórica social, como cuando nos desesperamos por el estado de la sociedad. Por casualidad sabrán de algo por el estilo? Quizás me equivoque al pensar que la «sobreidentificación» iba por ese lado.